Cine y Educación
El cine, desde su nacimiento en los albores del siglo XX, ha sido siempre un mediador cultural de alto impacto. Sus realizaciones muestran, ponen en debate y avisoran hábitos, comportamientos y prácticas que muchas veces son negados o condenados por las instituciones y por la sociedad. El hecho de ponerlos en escena, ha contribuido a renovar el punto de vista sobre una diversidad de cuestiones que, tradicionalmente, habían permanecido en la zona del tabú.
En esta sección, compartimos películas que han dejado una huella transformadora en el ámbito educativo.
CREATIVIDAD Y GOCE
En esta nota, centrada en el análisis de "La sociedad de los poetas muertos", película que hace unas décadas conmocionara los ámbitos educativos, SILVIA RIVAS culmina su serie de indagaciones sobre creatividad y educación. La EDUCACIÓN POETICA de parabienes.
La Creatividad y el disfrute en el Proceso de Conocimiento
Por Silvia Rivas
Al analizar las recientes teorías científicas sobre la creatividad y su impacto en las relaciones humanas, hemos podido constatar que el acto creativo es una vía insustituible en los procesos de conocimiento, de organización social, y en las múltiples relaciones culturales, expandidas en las últimas décadas mediante la tecnología de las comunicaciones. La importancia de los procesos creativos es particularmente significativa en la educación, porque despliegan la curiosidad, el asombro y la imaginación de los estudiantes. La Educación Poética enfatiza el desarrollo de estas conductas en todos los niveles de enseñanza, porque las considera generadoras de nuevos espacios de observación y de análisis, y dinamizadoras del pensamiento crítico.
En este artículo, examinaremos el concepto de creatividad en el contexto de "El club de los Poetas Muertos", largometraje estadounidense de 1989, dirigido por Peter Weir.
Docentes creativos: Análisis de "El club de los poetas muertos" (Peter Weir, 1989)
Frente a un modelo educativo que reproduce los valores de la sociedad estadounidense de los años 50, basados en el éxito, el bienestar económico y una profesión universitaria como puerta de entrada a ese mundo de progreso constante, el profesor John Keating estimula, mediante la poesía, las verdaderas potencialidades de sus alumnos, quebrando los estereotipos y barreras mentales que los bloquean.
Los métodos del profesor Keating
En la academia Welton, cuyo lema es tradición, honor, disciplina y excelencia, el profesor Keating despierta la pasión en los jóvenes estudiantes, cuyos destinos están marcados por las aspiraciones de sus padres.
El primer día de clases, el docente pronuncia la máxima de Horacio, Carpe diem (Aprovecha el día), pretendiendo así inspirar a los alumnos. En lugar de explicaciones teóricas, Keating acercará a los estudiantes los textos poéticos, para que los lean e interpreten libremente. Utilizando una frase de Walt Withman, se hará llamar "Oh capitán, mi capitán". Asimismo, solicitará a los jóvenes que destruyan el estudio introductorio del libro de cátedra, simbolizando con este acto que la clase debía ser disfrutada en toda su belleza. Dentro de este marco lúdico, hará subir a sus alumnos al escritorio para que observen la clase desde un ángulo diferente; les hará relacionar el deporte con la poesía, y les pedirá que escriban sus propios poemas.
El método de Keating es, claramente, un programa creativo, en el que las letras son un instrumento liberador de la conciencia, que permite que los estudiantes activen sus propios pensamientos y proyecten sus inquietudes y deseos. En este proceso, se despierta la curiosidad y el interés por aprender; el conocimiento se vive como experiencia creativa y no como mera herramienta utilitaria. El profesor Keating representa el valor para expresar el juicio propio y la recuperación del placer de vivir por medio de la experiencia estética y del conocimiento.
Alumnos creativos
Algunos jóvenes descubren que Keating había formado un club llamado "La sociedad de los poetas muertos" cuando era estudiante. Motivados por la idea de vivir nuevas experiencias, vuelven a formar la sociedad. A partir de entonces, los jóvenes se liberan de los proyectos preconcebidos por sus padres, desarrollan sus propios pensamientos y proyectan las actividades que realmente desean.
El verdadero eje del relato será el tímido y silencioso Todd Anderson. Es en él donde realmente se cumplen los procesos creativos que han inspirado el maestro y la literatura. Todd ha sido reprimido y apagado mediante formas de violencia pasivo-agresivas, por lo que el miedo lo mantiene obediente y disciplinado. Pero después de todo el proceso que experimenta en Welton, se libera del dolor que lo oprime. Perder a la vez a Niel, su mejor amigo, y a Keating, el único profesor que estaba dispuesto a trabajar en él, significó para Todd un punto de inflexió en su vida. Inspirado por Keating y conmovido por Neil, Todd asume responsabilidad ante su propia persona y se convierte en ejemplo y "maestro" para sus compañeros que lo imitan. De esa forma, gana su propia autoridad y libertad de pensamiento, tal como su maestro le enseñara.
Creatividad y responsabilidad
Cuando Nuwanda reta a la academia con su travesura, Keating lo reprende. Esto significa que en el profesor, la idea de vivir plenamente no significa un placer sin significado, o una diversión irresponsable. Por el contrario, la experiencia de vivir intensamente supone hacerse cargo de la propia responsabilidad. Se trata, pues, de valorar las pequeñas cosas, de reconocer en ellas la belleza, y de no olvidar que es ese el propósito de la vida: apreciar, valorar, aprovechar el día, carpe diem.
Poemas citados en La sociedad de los poetas muertos
Carpe Diem
Horacio
No indagues,
Leucónoe (no es lícito saberlo),
qué fin reservan los dioses a tu vida y la mía,
ni combines los números mágicos. Mejor será que te resignes
a los decretos del hado, sea que Júpiter te conceda vivir muchos años,
sea éste el último en que ves romperse las olas del
Tirreno contra los escollos opuestos a su furor.
Sé prudente, bebe buen vino y reduce las largas esperanzas
al espacio breve de la existencia. Mientras hablamos,
huye la hora envidiada. Aprovecha el día, no confíes en el mañana.
¡Oh, capitán, mi capitán!
Walt Whitman (párrafo)
¡Oh capitán! ¡Mi capitán! Nuestro espantoso viaje ha terminado,
La nave ha salvado todos los escollos, hemos ganado el anhelado premio,
Próximo está el puerto, ya oigo las campanas y el pueblo entero que te aclama,
Siguiendo con sus miradas la poderosa nave, la audaz y soberbia nave;
Más ¡ay! ¡oh corazón! ¡mi corazón! ¡mi corazón!
No ves las rojas gotas que caen lentamente,
Allí, en el puente, donde mi capitán
Yace extendido, helado y muerto.
Me interné en los bosques
Henry David Thoreau
Me interné en los
bosques porque quería vivir intensamente;
quería sacarle el jugo a la vida.
Desterrar todo lo que no fuese vida, para así,
no descubrir en el instante de mi muerte que no había vivido.
A las vírgenes, para que aprovechen el tiempo
Robert Herrick
Coged las rosas
mientras podáis;
veloz el tiempo vuela.
La misma flor que hoy admiráis,
mañana estará muerta.
La gloriosa lámpara
celeste, el sol,
cuanto más alto ascienda
antes llegará a su camino
y más cerca estará del ocaso.
Los primeros años
son los mejores,
cuando la juventud y la sangre están más calientes;
pero consumidas, la peor, y peores tiempos
siempre suceden a los anteriores.
Así que no seáis
tímidas, aprovechad el tiempo
y mientras podáis, casaos:
pues una vez que hayáis pasado la flor de la vida
puede que esperéis para siempre.
Fuente: https://www.culturagenial.com/es/pelicula-la-sociedad-de-los-poetas-muertos/
MÚSICA Y EDUCACIÓN POÉTICA
ALEGRANZA: Nuevos horizontes
Esta nota de SILVIA RIVAS es muy especial por más de una razón: encara decididamente la conjunción de lenguajes artísticos, incorpora elementos vinculados al saber científico e inaugura una sección vinculada a las películas y afines donde aparece, de una manera u otra, esta construcción colectiva, heteróclita y heterogénea que es la EDUCACIÓN POÉTICA.
MÚSICA Y EDUCACIÓN POÉTICA
Uno de los objetivos de la Educación Poética que hemos señalado en nuestros artículos, es la exploración del mundo exterior y la del interno propio, verificando nuestra conexión con ellos, a través de nuestra constitución sensorial, emotiva e intelectual. El lenguaje musical, en este sentido, es una herramienta inapreciable para generar experiencias de aprendizaje enriquecedoras y con proyecciones a largo plazo. Hoy ofrecemos un artículo que expone las incidencias de la enseñanza musical en el proceso de aprendizaje, y una película que refleja estos resultados.
Música para aprender, música para enseñar
Entre las actividades que desarrollan esta conciencia, la licenciada cita el uso de canciones, rimas y rondas (en el nivel inicial), que permiten al niño comprender que puede jugar con la lengua. Parte de ese juego consiste en hacer conciencia de que las palabras pueden segmentarse (dividirse y recomponerse) en unidades más pequeñas; ello se constituye en un conocimiento indispensable en el aprendizaje de la lectura. Cuando el niño reconoce que el habla puede segmentarse en unidades mínimas de sonido (fonemas), adquiere conciencia fónica, indispensable para reconocer el principio alfabético y comprender sus grafemas (letras). Es a partir de entonces, que desarrollará su lectoescritura, pero el valor de la conciencia fonológica en las competencias de lectura de un individuo se proyecta hacia el futuro, mucho más adelante en su formación y más allá de las habilidades de mera decodificación.
Cómo retroalimentar la conciencia fonológica:
Ventajas de la vinculación de los elementos literarios y musicales en el aula y la biblioteca:
A partir de la formación del coro, se eleva la autoestima de los niños, lo que les permite fortalecer sus vínculos socioafecivos, y generar actividades colaborativas, proyectando estas actitudes hacia otras esferas de su conducta. Así, mejoran su disciplina y comienzan a tener mejores expectativas para su futuro.
VER PELÍCULA:
https://pelisplus.me/pelicula/los-chicos-del-coro/